sábado, 9 de enero de 2021

Nobleza en el desierto

 


   "Los Hurricanes debieron identificar mi vehículo de reconocimiento blindado, con lo que conté con un nuevo ataque. De nuevo me puse en contacto con Gause: "Estamos siendo atacados por Hurricanes, los convoyes de artillería y antiaéreos están fuera de combate. Cuanto con un nuevo ataque, envíen Messerchmitts". La base inglesa debía estar agrupada detrás del frente, casi una hora después volvían a estar allí. Esta vez nuestros vehículos acorazados tomaron parte en la escaramuza. Con nerviosismo vi cómo a pocos metros de donde me encontraba un Hurricane disparaba un misíl que daba de lleno en uno de nuestros vehículos. Algo nuevo para nosotros.

   Mi radiotelegrafista fue el único que no había abandonado el vehículo e intentaba volver a comunicarse. Junto a él se encontraba mi oficial de comunicación que le iba diciendo lo que debía enviar.

   Entonces apareció un avión en el que me pareció reconocer el emblema de Canadá volando casi a ras de suelo dispuesto a atacar mi vehículo de transmisiones blindado.

   Pude reconocer a unos veinte metros la cara del piloto cubierta por el gorro de vuelo y ver cómo en vez de disparar hacía con la mano un gesto a mi oficial de comunicaciones para que abandonara el vehículo y se fue dibujando un arco muy alto. Le grité enseguida: "¡Saque al telegrafista del vehículo y pónganse los dos a cubierto!"

   El avión había girado en redondo y venía hacia nosotros con el sol tras de sí. Esta vez disparó uno de sus misiles y alcanzó el vehículo de transmisiones, gracias a Dios sin causar demasiado daño. Esta actitud del piloto, ya fuera canadiense o británico, fue para mí un ejemplo de saber hacer en esta guerra sin cuartel. Nunca olvidaré la cara y el gesto que hizo el piloto con la mano".

 

Panzer Commander 

Hans Von Luck

 


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